Qué ver en Jordania en una semana

Qué ver en Jordania en una semana

Ruta por libre de 6 días en Jordania

La pasada semana santa, aprovechando que Ryanair ha puesto vuelos desde varias ciudades europeas a Aman, decidimos viajar a Jordania durante 6 días y esta fue la ruta que seguimos para viajar a Jordania por libre

Cómo recorrer Jordania en coche de alquiler

Recomendamos recorrer Jordania en coche. El tráfico es bastante civilizado ( solo tuvimos un momento de agobio en Aman en hora punta) las carreteras están en muy buen estado y es la mejor forma de recorrer el país. Los buses tienen pocas frecuencias y te resultará difícil encadenar un destino con otro sin perder tiempo volviendo a la capital.

Si llegas vía aérea, hay muchas compañías en el aeropuerto y es fácil conseguir un precio competitivo. Otra opción sería coger un vuelo interno de Aqaba a Aman pero consideramos que la ruta por carretera es corta y con paradas que merecen mucho la pena.

Ruta por Jordania durante 6 días por libre

Día 1: Visita a Jerash y atardecer en Amman

El primer día aterrizamos en Amman a las 9 am de un sábado y tras recoger nuestro coche de alquiler, decidimos poner rumbo norte para visitar las ruinas romanas de Jerash. Paramos a comer en los alrededores de la ciudad en uno de los pocos restaurantes que encontramos abiertos porque nuestro viaje a Jordania coincidió con el Ramadán.

Tras esta parada para recargar fuerzas llegamos a la Ciudad Romana de Jerash, un recinto súper bien conservado y por el que podrás estar paseando durante un par de horas.

Jerash, conocida como la «Pompeya del Este», es un auténtico tesoro histórico que te transportará a la época romana en un abrir y cerrar de ojos. Esta ciudad fue fundada en el siglo IV a.C. y vivió su época dorada bajo el dominio romano, convirtiéndose en un importante centro comercial y cultural de la región.

Algunos de los monumentos más impresionantes son el Arco de Triunfo de Adriano, erigido en honor al emperador romano. El imponente teatro sur, con capacidad para más de 3000 espectadores que te dejará boquiabierto con su grandeza y buena acústica. Y el cardo máximo, una impresionante avenida flanqueada por majestuosas columnas.

El precio de la entrada rondaba los 8€ pero te saldrá gratis como a nosotros si has comprado la Jordan Pass.

En esta misma ruta podrías optar por visitar los castillos del desierto pero nosotros decidimos centrarnos solo en la visita a los restos arqueológicos de Jerash y volver a Amman no sin antes parar un par de veces a admirar los paisajes desde la carretera.

Después de aproximadamente una hora en coche Llegamos a la capital y tras hacer el check in en nuestro hotel nos fuimos a pasear por Amman hacia la zona alta para ver el atardecer. Cuando volvimos al centro, el panorama de ciudad había cambiado radicalmente y el ambiente era vibrante. Al caer el sol todo el mundo salía a comer, hacer compras y la ciudad vivía su particular hora punta.

Durante esa primera noche comimos falafel en Hashem uno de los lugares mejor valorados del centro de Amman. Después, paseamos por la ciudad y probamos el Knafeh, un pastel elaborado con finas hebras de masa que se hornean y que se rellena con queso, nueces, pistachos o crema. Reconozco que me volví adicta a este dulce 🙂

¿Es seguro pasear por Amman?

En este punto cabe mencionar que no tuvimos en ningún punto sensación de inseguridad en Amman ni tampoco en ningún punto del país. Jordania es un país muy amable con el turista y acostumbrado a recibirlos y por eso además, te tratarán de una forma muy hospitalaria.

Tras este primer día, nos dirigimos al nuestro alojamiento, The Boutique Hotel Amman y descansamos para prepararnos para el día siguiente.

Día 2: Amman- Mar Muerto- Llegada a Petra

Durante nuestro segunda día y tras levantarnos temprano, nos dirigimos a ver la Ciudadela y el teatro romano de Amman. Fue una ciudad que nos pareció bastante interesante para dedicarle un día. Es muy viva y tiene unos restos monumentales muy bien conservados y cuidados. Tras visitar y pasear por el centro y subir a la terraza del hotel a comer unos sándwich casi clandestinos ( en Amman es dónde más difícil nos resultó comer a mediodía por el Ramadán. En el resto de puntos, al ser muy turísticos, no habrá ningún problema) cogimos nuestro coche de alquiler y pusimos rumbo al Mar Muerto.

La carretera, bordeando montañas y con fuertes pendientes es el preámbulo perfecto de lo que está por llegar.
Uno de los lugares más bajos de la tierra y el que presenta mayor concentración de salinidad. De hecho, su nombre, va por ahí. Excepto pequeños microorganismos ningún ser vivo es capaz de habitar en esas aguas.

Te contamos todos los detalles de cómo visitar el mar muerto desde Jordania en este post.

Tras cumplir uno de nuestros sueños viajeros, pusimos rumbo sur para llegar a dormir a Petra. Conducimos por la icónica King’s Highway viendo todos los miradores del Mar Muerto, los meandros y el atardecer. Tras un par de horas más llegamos a Petra y nos fuimos directos a dormir para poder madrugar al día siguiente.

Día 3: Full Petra

El día 3 nos despertamos como un niño el día de reyes porque por fin íbamos a conocer Petra. Este destino llevaba en n mi imaginario desde que era muy pequeña. El hecho de pasear por el cañón y que apareciera El Tesoro ante mí era un momento que llevaba años deseando vivir.

Nuestro hotel, Petra Sky Hotel, nos resultó muy cómodo, con una relación calidad precio fantástica y un buen desayuno en su azotea panorámica

Después de un desayuno en la terraza del hotel, nos dirigimos al recinto de Petra en coche. Está bastante cerca del pueblo, a unos minutos conduciendo y hay bastantes zonas con estacionamiento gratuitas en los alrededores y se puede aparcar sin problema. Aunque también se podría llegar caminando desde casi cualquier punto de Wadi Musa sin problemas, a no ser que tu hotel esté muy cerca de la entrada, te aconsejo ahorrarte esos kilómetros porque si algo vas a hacer dentro de Petra es caminar.

Para llegar al cañón de Petra, tendrás que caminar aproximadamente 40 minutos desde la entrada principal. Tras este tiempo, llegarás a las galerías del cañón, y al cabo de aproximadamente otros 40 minutos llegarás al tesoro, la fachada principal y en lo que todos pensamos cuando hablamos de Petra.

Lo que yo no imaginaba, era todo lo que Petra guardaba en su interior. Y por eso te digo desde ya, que bien merece que dediques dos días completos a recorrerla y disfrutarla. Lo que más me sorprendió es la magnitud de todo lo que hay dentro. Pese a que yo ya había leído y escuchado sobre su tamaño, no sé por qué pero mi mente lo reducía. Así que insisto en este punto, calzate unos buenos tenis y ropa cómoda porque no sería raro hacer más de 20km en tu día de visita 🙂

En cuanto al precio de la entrada, lo más habitual es que esté incluida en el Jordan Pass. A la hora de comprarlo, puedes seleccionar si lo adquieres con entrada de un día para Petra, dos o tres. La verdad es que el incremento por visitar Petra más de un día es mínimo y merece la pena poder disfrutar sin prisas de este lugar.

Esa noche, estaba disponible Petra by Night pero tras consultar muchos blogs y hablar con los viajeros que nos íbamos encontrando decidimos no hacerlo.

Básicamente la visita consiste en volver a hacer el camino hacia el tesoro y se ilumina el cañón y el Tesoro con velas. Parece ser que hay un violinista tocando música y es algo así como llegar, un par de fotos y volver a salir. Si se quiere ver Petra desde la magia del anochecer puede ser una buena actividad, pero nosotros decidimos ahorrarnos está visita y en su defecto disfrutar sin prisas de una rica cena viendo el atardecer en My Mom´s Recipe , del «mojito del Ramadán» (zumo de limón y menta al que me aficione en este viaje, estaba riquísimo) y dar un paseo por el centro de Wadi Musa.
El pueblo en sí mismo no tiene mucho que hacer, hay una gran plaza alrededor de la cuál sé articulan bastantes restaurantes y cafeterías.

Día 4: Petra y atardecer en Wadi Rum

Durante el cuarto día volvimos madrugar y accedimos de nuevo al recinto de Petra para terminar de ver la parte de las tumbas que habíamos dejado pendiente del día anterior. Aprovechamos para volver a pasear sin prisas, para repetir algunas fotos y para comprobar de nuevo que no importa que ya lo hayas hecho, ver aparecer el Tesoro entre el cañón vuelve a emocionarte aunque repitas tu visita.

A las 14:30 del mediodía estábamos fuera del recinto y tras comer algo rápido pusimos rumbo a Wadi Rum.

Al llegar y tras atravesar el pueblo y la caseta de control del parque, llegamos a las oficinas de nuestro campamento. Una vez en ellas y tras hacer check in nos montamos junto con otros tres viajeros en un 4×4 y pusimos rumbo a conocer el desierto.

La mayoría de campamentos ofrecen un programa muy parecido que puedes reservar directamente con ellos. Hay tours de 3 y 4 horas y de día completo. Nosotros escogimos el de 4 horas y pudimos visitar la fuente de Lawrence de Arabia, el imponente cañón de Jebel Khazali, las dunas en las que hicimos Sand Boarding, Little Bridge, Templo Nabateo y la puesta de sol.

El atardecer en el desierto fue mágico y además nuestro guía nos dejó conducir el 4×4 para llegar a la puesta de sol y reconozco que me flipó la sensación de conducir por la arena. Tanto, que la emoción me hacía acelerar mientras el me decía que frenara.

Tras este momento, llegamos al campamento, cogimos nuestra habitación y tras ver los últimos rayos de sol desde la terraza, nos dirigimos al edificio principal. Cuando se hizo completamente de noche, llegó el ritual de la cena. Nos enseñaron como habían cocinado la carne y las verduras en una parrilla subterranea mientras abrían ese agujero que tenían en el suelo. Tras sacar la comida, volvimos al comedor y comenzamos a cenar con una fórmula de buffet autoservicio. El atardecer en el desierto fue mágico y además nuestro guía nos dejó conducir el 4×4 para llegar a la puesta de sol y reconozco que me flipó la sensación de conducir por la arena.

Además de Hummus ,Baba Ganush y demás dippeos, había varias ensaladas, carne, vegetales…y mi plato favorito: una sopa de lentejas buenísima.

Al terminar la cena, prendieron un fuego y todos nos sentamos alrededor para disfrutar de un momento de compartir mientras bebíamos té moruno.

Día 5: De Wadi Rum a Acaba para hacer snorkel en el Mar Rojo

A la mañana siguiente, nos despertamos para ver amanecer y tras un desayuno y entrar en calor ( las noches en el desierto son muy frías por lo que recomendamos llevar algo de abrigo) aprovechamos la última media hora en el campamento para pasear por sus alrededores y despedirnos.
A las 9 volvimos a subir al 4×4 que nos llevaría de nuevo a la entrada, ya fuera del desierto, para hacer el check out. Nota: la hora de salida no es algo que puedas elegir. Si no te quedas más de una noche, el check out se hará sobre las 9 justo después del desayuno.

Cuántas noches quedarse en Wadi Rum

No sé si merece la pena quedarse más de una noche en Wadi Rum, supongo que depende de lo que se busque.
Sí por ejemplo buscas un par de días de aislamiento, desconectado de todo, haciendo alguna ruta, contemplando, leyendo. Quizás este pueda ser tu sitio.
Fuera de esto, como actividad en si misma, creo que con un día es suficiente.

No sé si merece la pena quedarse más de una noche en Wadi Rum, supongo que depende de lo que se busque.
Sí por ejemplo buscas un par de días de aislamiento, desconectado de todo, haciendo alguna ruta, contemplando, leyendo. Quizás este pueda ser tu sitio.
Fuera de esto, como actividad en si misma, creo que con un día es suficiente.

Tras hacer el check out pusimos rumbo a Acaba no sin antes hacer una parada en Tren de Vapor de Al Hijaz.

Snorkel en Aqaba

En Aqaba, nos alojamos fuera del centro. Al tener coche y podernos mover sin problema elegimos esta opción por varios motivos:
Lo más bonito de Aqaba son sus playas y sobre todo lo que se ve debajo del agua.

Es un lugar estupendo para el snorkel, de hecho, a solo unos metros de la orilla encontrarás uno de los principales reclamos y centros de buceo del Mar Rojo: el Jardín Japonés.

Por este motivo escogimos un hotel en las afueras, a 5 metros de la playa, ubicado en esta zona y que tiene además piscina y centro de buceo.
Aquí tengo que ser sincera: el hotel en si mismo es bastante básico en lo que se refiere al baño y la habitación, pero a nosotros personalmente nos compensó por los puntos que enumeré un poco más arriba.

Si buscas lujos, no es tu sitio. Si buscas un sitio cómodo para disfrutar de la playa y del snorkel, puede ser una buena opción este establecimiento o alguno por la zona.

Durante la tarde, bajamos a la playa con nuestros equipos de snorkel y flipamos con todo lo que pudimos ver.

Es impresionante como a pocos metros de la orilla, por tu cuenta, puedes encontrar esa variedad de peces de colores, esos corales y esas formaciones.

Cuando fuimos a Amman cogímos 4 vuelos y todos era con Ryanair por lo que viajamos con mochila pequeña. En ese recorte de equipaje la GoPro quedó excluida y la verdad me arrepiento mucho.

Tras el baño y disfrutar de una tarde de playa, volvimos al hotel y nos dirigimos al centro de Aqaba para cenar y dar un paseo por la ciudad.

Día 6: regreso a Amman por el Mar Muerto con parada en las Ma’in Hot Springs y la ciudad de Madaba

Nuestro último día nos levantamos muy temprano para volver a hacer snorkel. Fue genial bajar a la playa antes de desayunar, con la calma del amanecer en el mar. Sin ningún barco y sin casi nadie en el agua. Tras este baño vespertino, nos fuimos a desayunar, disfrutamos un rato de la piscina del hotel y pusimos rumbo norte.

En la salida de Aqaba decidimos parar en el resort de AYla a dar un paseo. Nos llamó la atención la cercanía con Israel y la forma de penínsulas que tenía esta zona vista en Google Maps por lo que dedicamos unos minutos a pasear por este pueblo resort de lujo.

Tras esta parada pusimos rumbo al norte por la carretera Kings Way. Pudimos impresionarnos con la cercanía de la frontera de Israel a la carretera, hicimos de nuevo varias paradas en los miradores del Mar Muerto y fuimos a pasar la tarde a las Hot Spring de Maín.

Ma’in Hot Springs

Personalmente me encantaron estas termas. Me gustó mucho la carretera que hay que recorrer para llegar a ellas y me impresionó mucho esa cascada y esa cueva en la roca sobre la que emana agua a tan alta temperatura. Creo que es una parada que merece bastante la pena y existen dos formas de visitarla:

Una sería a través de las termas públicas y otra, alojándote en el hotel o pagando la entrada o un pack con comida para acceder al recinto.
Nosotros escogimos la primera opción.

Tras disfrutar de un baño relajante pusimos rumbo a la que sería la última parada de este viaje. La ciudad de Madaba. Dónde aprovechamos para pasear al atardecer, comprar algún souvenir y cenar muy rico en un lugar con mucho encanto Haret Jdoudna

Tras este intenso día, pusimos rumbo a los alrededores del aeropuerto de Amman, dónde nos alojamos en unos apartamentos situados muy cerca del aeropuerto para a la mañana siguiente poder coger nuestro vuelo de regreso a primera hora.

Y hasta aquí nuestra ruta de una semana por Jordania. Un destino imperdible y uno de los viajes que más nos gustaron hasta la fecha. Nosotros viajamos en abril y el clima fue muy amable, usando una chaqueta ligera a las noches y estando en manga corta y con ropa de verano durante el día. Primavera y otoño son momentos perfectos para visitarla. Por otra parte es un país muy amable, que se puede recorrer de norte a sur en poco más de 5 horas de coche. Las carreteras son buenas y alquilar un coche nos parece la mejor forma de sacarle el mayor partido al viaje.

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